viernes, 29 de enero de 2010

Cuando la cotidianidad se rompe

Evaluando un día de estos las cosillas que escribo, me di cuenta que le tengo el ojo puesto a la cotidianidad, a lo monótonos y aburridos que pueden llegar a ser los días y a lo que me afectan emocionalmente. Luego de ver la tragedia que paso en Haití me puse a pensar sobre lo frágil que es la vida, sobre lo indefensos que estamos ante el mundo.

Creo que cualquiera de nosotros prefiere esa quietud a tener que pasar por una situación tan difícil, lo peor de todo es que me invade un sentimiento de impotencia al no poder ayudar, y la verdad es esa, económicamente soy un cero a la izquierda.

Bueno el asunto al que quiero llegar es que en ocasiones siento que no le saco el jugo a la vida, creo que hay muchos y me incluyo que pasamos pendientes de una serie de asuntos que lo que hacen es sobrecargarnos de pensamientos que lo único que hacen es contribuir a que pasemos los días sin realizar o planificar acciones significativas para nosotros y para quienes amamos.

Creo que tengo que valorar más esa cotidianidad que me enloquece, estoy seguro que no quiero que se rompa ese delgado hilo que teje la frontera entre lo que conozco como vida y lo que verdaderamente sucede más allá de lo que mi limitado entorno fisico y emocional.

Es lamentable lo que paso y aunque alguien dijo que las personas no necesitan lastima si no ayuda para levantarse, me es inevitable sentir lástima por esos niños, por esos ancianos, por los que lo perdieron todo y a todos en ese desastre y lamentablemente por más cruel que suene no tengo los medios para ayudarlos a salir adelante.

0 comentarios:

Publicar un comentario